Aquí estoy, despliego mis ideas sin saber si alguien las leerá, pero por lo menos soy feliz escribiendo :)

miércoles, 11 de septiembre de 2013

40 años para irnos olvidando del olvido

Hoy volví después de años para estampar algo muy importante para mi, no sé si alguien lo leerá, pero aunque nadie lo llegue a leer creo que el escribirlo ya es un primer paso.

En primer lugar quiero decir que no pretendo centrar este texto netamente en la política desde la lucha izquierda-derecha. Creo que lo que pasó en Chile hace 40 años va mucho más allá de los colores y divisiones. Es por lo mismo que hoy quiero hablar desde lo social y más aun, desde lo humano. Hace 40 años en mi país se inició un período injusto en el que se pasó a llevar a miles de personas. Los militares debían ser quienes apoyen ciegamente al gobierno que se elija democráticamente el cual, en este caso y pese a todo cumplía con esa condición de acuerdo al sistema que, en ese momento existía en este país. Cuando renunció Pratts, éste recomendó a Pinochet, a quien Allende designó como comandante en jefe del ejército, quien se sumó al golpe a último momento, por lo que no fue cabeza planificadora pero si fue la cara visible y quien se autodesignó a la cabeza del país luego del golpe. Ésta historia todos la sabemos, así cómo lo que sucedió después, personalmente creo que ninguna mejora que haya ocurrido o que hubiese existido la posibilidad de que ocurriera, justifica pisotear la democracia, ni los miles de detenidos, torturados, asesinados, desaparecidos que dejó este período en nuestro país. Creo que todos los atropellos a los derechos  que sufrieron todas estas personas no se justifican de ningún modo y bajo ninguna circunstancia. 

Hoy escribo con un fin principal, la MEMORIA. Tal vez no haya mucho que pueda hacer por toda la gente cuyos derechos fueron violados, tal vez hoy para muchos no tenga sentido que escriba esto en este momento, pero tengo la profunda convicción de que es un tema para NO OLVIDAR. Muchos dicen ¡Han pasado 40 años, es tiempo de olvidar¡ Yo les respondo que, a lo largo de la historia han ocurrido muchísimos hechos justos e injustos que no olvidamos; por ejemplo, la revolución francesa, revolución rusa, revolución industrial, Los holocaustos, e, incluso para quienes somos católicos, que se matara, hace miles de años a Jesús injustamente. Todos estos hechos los recordamos y debemos hacerlo, olvidar es que no nos importen los demás, que no nos importe como se ha construido nuestra sociedad del día de hoy ni la historia que ha cruzado el ser humano. Olvidar es NO QUERER MEJORAR, ¿si no aprendemos de nuestros errores, cómo corregirlos? o  peor aun, ¿Si olvidamos lo que hicimos mal, de qué manera pretenderemos no volver a hacerlo? Si lo bueno no lo olvidamos, lo malo tampoco, y yo no hablo de resentimiento, hablo de historia, de humanidad y de APRENDIZAJE. Si alguien tiene un argumento para olvidar lo escucharé o leeré, porque hasta el momento no logro entender a quienes piensan así a pesar de los argumentos que me han dado. Otros dicen que no tengo nada que decir porque no viví en esa época, lo cual es cierto y, la verdad es que por suerte (porque la verdad es que la suerte si influyó bastante a parte de que se cuidaran) no tengo que argumentar que si lo sé porque en mi familia hubo casos de asesinados o de detenidos desaparecidos como, lamentablemente si les pasó a muchos. Mi familia padeció la dictadura, pero estoy segura de que no me puedo comparar con quienes la sufrieron desde los aspectos antes señalados. De todas formas, creo firmemente en que el no vivir ese momento, no me impide tener opinión sobre él, querer informarme y participar de estos 40 años. Todos tenemos una libertad para esto, de hecho estoy segura de que todos han opinado alguna vez sobre los nazis (a favor o en contra) siendo que no todos vivimos en esa época; me parece estúpido creer que sólo puedo opinar a partir de lo que pasó el 16 de Julio de 1992 y alrededor mío, porque, por ejemplo, no he vivenciado la crisis que hay en España por lo cual... ¿no podría opinar sobre ella?

Hoy propongo dos cosas, MEMORIA y HOMENAJE, recordar a quienes padecieron ese período, y homenajear a las víctimas, a quienes sufrieron, y quiero recalcar a todas las víctimas, tanto a los torturados, cómo a los asesinados, cómo a los detenidos desaparecidos y a sus familias que hoy los siguen buscando, a aquellos militares que, por miedo a perder a sus familias, se vieron obligados a torturar y a asesinar; a los que se negaron a pertenecer a este sistema y a aquellos militares y curas que, tratando de ayudar a quienes eran detenidos y tratados de manera injusta fueron callados. Realizar un homenaje de buena manera, destacando lo que realmente pasó y dejando en alto el nombre de aquellos a quienes les fueron violados sus derechos, diciendo yo admiro a esta persona, admirando también a quienes hoy siguen con nosotros a pesar de que en esa época les robaron sus vidas, un homenaje a todas esas personas a quienes debemos recordar para que nunca más ni en Chile ni en el mundo se vuelvan a cometer estos crímenes. Estoy en contra de realizar desmanes ya que creo que se logra todo lo contrario, ¿cómo vamos a homenajear a quienes lucharon por nuestro país destruyéndolo? Creo que con este tipo de actos ensuciamos el nombre de todas estas personas que sufrieron y que necesitan tanto ellos como sus familias que alguien los libere de tanta suciedad en la que ya fueron metidos durante tanto tiempo. Creo que el mejor homenaje es generar debate, reflexionar, participar en las actividades artísticas que se ofrecen, visitar con sobriedad los lugares en donde se cometieron estos crímenes entre tantas otras instancias que hoy nos da nuestra sociedad. Además es importante que estas instancias no salgan sólo en estos tiempos sino que jamás olvidemos nuestra historia, lo que pasó y gracias a quienes somo quienes somos.

Yo, por mi parte, entrego con mucho cariño este mensaje a quien lo quiera leer y como homenaje a quienes sufrieron y a quienes llevan sufriendo 40 años. Además le quiero regalar estas líneas a mi familia, quienes lucharon durante ese período, gracias a quienes hoy estoy en un Chile distinto y sobretodo, quienes me enseñaron a no olvidar. Con mucho cariño y respeto, sobretodo a mis abuelitos quienes, desde sus puestos en la sociedad luchaban, con las cacerolas, guardando los libros que tenían los poemas de Guillén, escuchando a los Inti y otros a escondidas entre muchas otras historias que me han contado. Tata y Lala los quiero mucho!

Jéssica Véjar Arancibia

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